Cómo mantenerse saludable después del embarazo

una madre joven sonriente que sostiene a su bebé en la cama

¿Cómo pueden las nuevas madres mantener el corazón saludable?

Cambio corporal, cambio de horarios, cambio de pañales. Las nuevas mamás tienen que hacer malabares después de haber dado a luz.

También es un momento clave para que no descuide su salud. Muchos problemas relacionados con el corazón pueden ocurrir en los días y las semanas posteriores al parto, incluso hasta un año después.

Después del parto, se espera que tenga algunos síntomas, como fatiga y dolor leve. Sin embargo, los cambios extraños o repentinos pueden ser una señal de accidente cerebrovascular, problemas cardíacos u otras afecciones peligrosas.

Consejos de bienestar para nuevas mamás:

  • Priorice su salud. Controle cualquier afección médica, como la presión arterial alta, y esté atenta a los cambios en su salud.

  • Reciba atención médica continua. Tómese el tiempo necesario para todas las citas médicas, incluso después del embarazo. La atención posparto es importante, y se sugiere una visita de seguimiento dentro de los 10 a 14 días del parto en mujeres con presión arterial alta o enfermedades cardíacas. Esto puede hacerse con su profesional de atención primaria o cardiólogo. (El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos sugiere que la atención debe ser continua, en vez de una sola consulta).

  • Informe a los nuevos profesionales de la salud sobre el embarazo. Converse sobre cualquier problema relacionado con su embarazo o parto con dichos profesionales de la salud. Ellos utilizarán estos antecedentes médicos para tratar cualquier problema que pueda surgir.

  • Controle su salud mental. Los cambios que se producen en el cuerpo después del embarazo pueden afectar su bienestar mental y social. Busque ayuda urgente si se siente deprimida o corre el riesgo de hacerse daño a sí misma o a su bebé.

  • Encuentre maneras de mantenerse activa. Su equipo de atención médica le hará saber cuándo es seguro hacer ejercicio. La mayoría de las mujeres comienzan con actividades como caminar, estirarse y otras formas de ejercicio ligero. Es fundamental supervisar el progreso y adaptarse a los cambios corporales.

  • Encuentre tiempo para dormir. Los problemas de sueño son comunes después del parto y pueden aumentar el riesgo de depresión.

  • Coma alimentos saludables. Si está amamantando, tomar las decisiones adecuadas respecto a la dieta es aún más importante.

  • Confíe en una red de apoyo. Pida ayuda y reduzca los elementos de su lista de tareas pendientes.

¿Cuáles son los signos de problemas después del parto?

Conocer los síntomas comunes y tomar medidas para mantenerse saludable puede reducir el riesgo de que aparezcan problemas médicos graves. Algunos síntomas normales del posparto pueden ser similares a los signos de cardiopatías subyacentes. Es fundamental estar atenta a los cambios y tomar medidas. Si tiene alguna inquietud acerca de su salud o la salud de su bebé, consulte a su profesional de la salud de inmediato.

Algunas complicaciones aparecen días después del parto. Por ejemplo, la frecuencia cardíaca y la presión arterial normalmente disminuyen en las 48 horas posteriores al parto. Sin embargo, la presión arterial puede volver a aumentar en un plazo de tres a seis días más tarde debido a los cambios en los líquidos. Durante este período, se le debe realizar un seguimiento para detectar complicaciones.

Además, obtenga ayuda médica de inmediato si presenta alguno de estos síntomas:

  • Dolor de cabeza extremo
  • Mareos
  • Cambios en la visión
  • Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior
  • Hinchazón en las manos o la cara
  • Hemorragia
  • Dolor torácico
  • Hinchazón grave, enrojecimiento o dolor en la pierna o el brazo
  • Problemas de salud mental
  • Problemas cardíacos graves después del parto

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades definen una muerte relacionada con el embarazo como una que ocurre cuando una mujer está embarazada o dentro del año después de finalizado el embarazo. Más de la mitad de las muertes relacionadas con el embarazo ocurren después del parto.

El riesgo de morir por una complicación relacionada con el embarazo es bajo. Pero las mujeres con afecciones crónicas tienen más riesgo.

Algunas afecciones cardíacas potencialmente mortales después del parto incluyen:

  • Accidente cerebrovascular. El accidente cerebrovascular se produce cuando se bloquea el flujo sanguíneo a parte del cerebro o cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro, y el embarazo es un factor de riesgo conocido. Recordar la palabra “F.A.S.T.” puede ayudarla a detectar los síntomas del accidente cerebrovascular y responder con rapidez: cara caída (“F”, del inglés “Face Drooping”), debilidad en un brazo (“A”, del inglés “Arm Weakness”), dificultad para hablar (“S”, del inglés “Speech Difficulty”) y momento de llamar a emergencias al 911 (“T”, del inglés “Time To Call 911”). El tercer trimestre y las primeras 12 semanas después del parto son los momentos en que existe mayor probabilidad de que se produzca un accidente cerebrovascular.

  • Miocardiopatía periparto (MCPP). Esta es una forma poco común de insuficiencia cardíaca. Esto se produce durante el último mes de embarazo o hasta cinco meses después del parto. Los signos comunes incluyen dificultad para respirar, molestias en el tórax y retención de líquidos. Si tiene estos síntomas, busque ayuda médica de inmediato.

  • Disección aórtica. La presencia de complicaciones es poco frecuente, pero puede ser potencialmente mortal. Está causada por un desgarro en la pared de la aorta, la arteria principal que transporta la sangre. La mayoría de los casos ocurren en el tercer trimestre o durante el período posparto. Los síntomas de problema aórtico, que es una emergencia médica, incluyen dolor torácico agudo repentino o dolor en la parte superior de la espalda, a menudo descritos como una sensación de desgarro, rasgamiento o cizallamiento, que se irradia al cuello o a la parte baja de la espalda; dolor abdominal grave repentino; pérdida de conciencia; dificultad para respirar; dificultad repentina para hablar; pérdida de visión; debilidad o parálisis de un lado del cuerpo, similar a los de un accidente cerebrovascular; pulso débil en un brazo o muslo en comparación con el otro; dolor de piernas; dificultad para caminar o parálisis de piernas.