Kenley Jansen tiene un mensaje importante para todo el mundo

Superar la FibA con Kenley Jansen, lanzador del All-Star

El lanzador del All-Star Kenley Jansen recuerda vívidamente el día que su corazón “estuvo fuera de control”.

El signo de alarma de Jansen fueron las palpitaciones, uno de los síntomas indicadores de la fibrilación auricular (FibA), un latido cardíaco irregular que aumenta mucho el riesgo del paciente de sufrir un derrame cerebral. Aunque la fibrilación auricular es más frecuente entre personas mayores de 60 años, Kenley tenía algunos de los principales factores de riesgo para presentar fibrilación auricular, como son la hipertensión arterial y los antecedentes familiares. Su padre, Isidro, tiene FibA y sufrió un derrame cerebral hace unos 16 años. Los estudios demuestran que, si uno de los progenitores tiene FibA, el riesgo del descendiente de presentar este trastorno del ritmo cardíaco aumenta de forma significativa.

El diagnóstico de Jansen de esta enfermedad lo inspiró para promover la concienciación de la FibA. Anima a las personas: “Escuchen al cuerpo y no quiten importancia a los problemas de salud que podrían acabar con una carrera o, lo que es peor, con la vida”. 

“La fibrilación auricular fue una bola curva que no vi venir”.

Hace cinco años, el lanzador derecho estaba entrenando con sus compañeros para preparar el partido contra los Colorado Rockies que se jugaba esa misma noche.

“Estaba esprintando y haciendo otros ejercicios de acondicionamiento que elevan la frecuencia cardíaca, y recuerdo que era como si mi corazón estuviera fuera de control”, cuenta Jansen. “No dije nada. Pensé que [no era] importante y continué”. 

Jansen salió al campo esa noche, pero, en la octava entrada, comenzó a sentirse cansado, le faltaba el aire y su corazón empezó a latir de forma irregular.

En la novena entrada, su preocupación lo llevó a pedirle a uno de los entrenadores que le tomara el pulso, pero también intentó convencerla de que no dijera nada. Sin embargo, ella les avisó a los otros entrenadores. Todos observaban a Jansen cuando tomó el montículo en la última entrada de ese juego. Jansen, de 1,95 m y 120 kg (6,5 pies y 265 libras), conocido por su bola rápida, dijo que pensaba que iba a desmayarse en cada lanzamiento. 

“Los entrenadores me esperaron [al final] y me conectaron a la máquina de ECG y a todas esas cosas. Ese día descubrí que tenía una fibrilación auricular. … Y era la primera vez que tenía problemas de salud”, explica Jansen.

Los médicos trataron el primer episodio de fibrilación auricular de Jansen con una cardioversión eléctrica, que restablece el ritmo cardíaco regular mediante el envío de una descarga eléctrica al corazón. Jansen también tuvo que tomar anticoagulantes para reducir su riesgo de derrame cerebral durante el mes siguiente al procedimiento.

Del montículo a la sala de recuperación y vuelta a empezar

Regresó al béisbol para la temporada del 2012 y se sentía bien. Pero 11 meses después del primer episodio de fibrilación auricular, el corazón de Jansen volvió a tener esa sensación.

“Estaba haciendo lo mismo, entrenar, correr, ejercicios de acondicionamiento y mi corazón se volvió a descontrolar”, comenta. “Esta vez sabía lo que era, y dije: bueno, que alguien me lleve al hospital, estoy teniendo un problema en el corazón otra vez”.

El ritmo cardíaco de Jansen se volvió restablecer mediante cardioversión, lo que significaba más tiempo en tratamiento con anticoagulantes y más tiempo alejado del béisbol.

Los médicos le sugirieron a Jansen la ablación, un procedimiento en el que insertarían un catéter fino, o una sonda, en su ingle y lo guiarían hasta el corazón, donde tratarían las áreas específicas del corazón que provocaban los latidos irregulares para restablecer el ritmo normal. En octubre del 2012, Jansen decidió someterse al procedimiento y siente que ha ido bien. No ha experimentado más síntomas y ha vuelto en plena forma a su montículo.

Jansen se encuentra mucho mejor últimamente, pero no da su salud por sentada. Su diagnóstico de FibA lo ayudó a ser más consciente de la importancia de los antecedentes de salud de la familia. 

Además de la FibA y el derrame cerebral posterior de su padre, los antecedentes familiares de salud cardíaca de Jansen también incluían hipertensión arterial y diabetes, ambos factores de riesgo de fibrilación auricular. Jansen tiene la tensión arterial alta y toma medicamentos para mantenerla en niveles saludables y magnesio para su salud cardíaca.

“He aprendido mucho sobre el corazón”, afirma Jansen. “Solo tengo que estar en lo más alto de mi rendimiento y asegurarme de que mi tensión arterial permanece baja, porque una subida considerable o un pico podría causar otro episodio. La hipertensión arterial hace que el corazón trabaje más intensamente. Debemos cuidar nuestro cuerpo, especialmente el corazón. Solo tenemos uno”. 

El camino para permanecer en el juego: Deportistas con fibrilación auricular

El latido cardíaco irregular que casi descarriló a Jansen en el año 2011 puso en peligro el sueño de toda su vida de jugar al béisbol. Señaló que por eso tuvo dudas sobre contarlo y que muchos deportistas profesionales juegan con problemas de salud, porque tienen miedo de lo que ocurrirá si hablan.

Advierte de que, en realidad, las consecuencias de no contarlo podrían ser mucho peores.

“Fue un momento aterrador. Los deportistas jóvenes lo dan todo por sentado. Tenemos que escuchar a nuestros cuerpos. A veces el cuerpo nos manda señales e intentamos ignorarlas. …Ahora soy muy consciente”, afirmó Jansen. “Me siento como si ahora, en mi vida, estuviera jugando de defensa con mi cuerpo. Mi mensaje es que cuando se siente algo así, lo que sea, simplemente hay que decirlo. Si no hubiera dicho nada, podría haber sufrido un accidente cerebrovascular…. Si pudiera retroceder en el tiempo, lo habría dicho de inmediato, es lo mejor para estar seguro”.