5 Maneras de Ayudar a las Madres Primerizas (especialmente a las que padecen cardiopatías)

Padres sosteniendo juntos a un recién nacido

Tras el nacimiento de un bebé, el primer año está repleto de hitos emocionantes y muchos cambios. En el caso de muchas madres primerizas, estos cambios se pueden producir tanto física como mentalmente.

Las mujeres que padecen una cardiopatía relacionada con el embarazo se enfrentan a todas las situaciones habituales de las madres primerizas, además de necesidades adicionales. En algunos casos, el embarazo puede tratarse de la primera vez que padecen afecciones que afectan su salud y la del corazón, como la diabetes gestacional o la presión arterial alta, incluidas las variantes más graves, como la preeclampsia o la eclampsia. Mientras que en otros casos, es probable que el embarazo provoque una nueva enfermedad cardiovascular o mental, incluidas la depresión o la ansiedad posparto.

Independientemente del diagnóstico, es fundamental que las madres primerizas que padecen enfermedades cardiovasculares cuenten con un sistema de apoyo sólido. Los familiares y amigos pueden ofrecer tranquilidad, prestar atención a las señales de alarma de dificultades físicas y mentales y ofrecer ayuda práctica de diferentes maneras. Por lo tanto, adapte el apoyo que brinda a una madre primeriza según sus necesidades, ya que el diagnóstico, los síntomas, la salud mental y la vida familiar de cada mujer son únicos.

A continuación, presentamos algunos de los mejores consejos prácticos que puede implementar hoy mismo.

  1. Escuche. La comunicación siempre es importante cuando se ayuda a alguien que tiene un problema de salud. Especialmente cuando se trata de atender a una madre primeriza que padece una enfermedad cardiovascular. Es posible que ella se sienta agobiada por las citas con el médico, las nuevas rutinas o las restricciones médicas.

    Escuche con atención. Pregúntele si solo quiere desahogarse o si quiere saber su opinión. Si la escucha, comprenderá cómo puede ayudarla.

  2. Ayude con las tareas prácticas. Además del estrés (y la felicidad) que representa cuidar de un recién nacido, aún es necesario realizar las tareas cotidianas. Ayudar a una madre primeriza a realizar estas tareas es una forma práctica de mostrarle su apoyo. Asimismo, es posible que necesite ayuda para determinar sus prioridades. Anímela a postergar cualquier tarea o cita que no sea primordial (¡pero asegúrese de dar prioridad a las citas médicas!).

    Si no puede ayudarla en persona, considere la posibilidad de organizar en línea la entrega de comidas o enviar una tarjeta de regalo para comer en un restaurante o recibir ayuda de un servicio de limpieza.

  3. Facilite la atención médica. Un diagnóstico médico representa mucha información nueva para un paciente. En el caso de las madres, puede resultar agotador compatibilizar todos esos factores con la adaptación a la vida con un recién nacido.

    Ofrezca llevarla a las citas o tomar notas cuando se reúna con su profesional de la salud. Mantenga una lista actualizada de los cambios de salud que se presenten y de las preguntas que tengan para la próxima cita.

    Ofrezca buscar recursos, como grupos de apoyo o servicios comunitarios, que puedan beneficiar tanto la salud de ella como la del bebé. Visite goredforwomen.org/pregnancy para obtener más información sobre salud cardiaca relacionada con el embarazo o visite el foro de salud materna de la Red de Apoyo de la American Heart Association en goredforwomen.org/maternalsupport a fin de comunicarse con otras personas que experimentan situaciones similares.

  4. Cuide su salud mental. Las mujeres se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir ansiedad y depresión durante el embarazo y después de este. Preste atención a los problemas de salud mental, como el aislamiento, el llanto prolongado y las emociones erráticas.

    Se debe tomar en serio cualquier indicio de depresión posparto, autolesión o daño al bebé. En caso de emergencia, llame al 911 (o su número de emergencia local).

  5. Recuérdele que debe disfrutar de la vida. Tener una enfermedad cardiovascular no significa que una madre primeriza tenga que vivir bajo una nube negra todo el día. Por el contrario, dedicar tiempo a realizar actividades que disfrutaba antes de recibir el diagnóstico puede recargarla de energía. Además, es posible que el tiempo dedicado a esas actividades mejore su salud y la del bebé.

    El médico podría prohibir algunas actividades hasta nuevo aviso. Por este motivo, es importante que se concentre en las actividades que sí puede realizar. Unas muy buenas opciones son descansar durante la siesta del bebé, leer, ver películas divertidas, pasar tiempo al aire libre o visitar a un amigo.

Consejo adicional para amigos y familiares: cuidar de una madre primeriza es un acto de amor invaluable, pero no siempre es fácil. Asegúrese de controlar su propia salud física, emocional y mental mediante un sueño reparador, una dieta nutritiva y descansos. El Foro de Salud Materna de la Red de Apoyo también está disponible para cuidadores y seres queridos. Si lo desea, comuníquese con otras personas para encontrar ayuda y apoyo adicionales.