Cómo superar el sentimiento de culpa de madre

Madre e hija abrazadas en la cocina.

La “culpa de madre”, ese sentimiento de insuficiencia parental, puede presentarse por distintos motivos. Se puede producir en días ajetreados en los que se siente presionada por múltiples factores, después de haber perdido la paciencia o cuando establece (y no alcanza) expectativas poco realistas.

Independientemente de por qué ocurre, el sentimiento de culpa es una parte muy real de la maternidad. En ocasiones, es posible que estos sentimientos incómodos sean beneficiosos; por ejemplo, cuando la motivan a tomar mejores decisiones.

Sin embargo, cuando la culpa se vuelve abrumadora, no es saludable. Aumenta los niveles de estrés y contribuye a padecer depresión y ansiedad, lo que puede afectar la salud del corazón, y provoca efectos secundarios físicos como dolores de cabeza o estómago.

A veces, las mujeres piensan que pueden “ocultar” el estrés, pero se indica lo contrario en investigaciones. En estudios, se comprobó que existe una relación significativa entre el estrés de una madre y el de sus hijos. Según otras investigaciones, el estrés afecta la relación entre padres e hijos y causa problemas conyugales.

No obstante, hay formas de enfrentar la culpa que siente una madre. A continuación, se indican algunos cambios prácticos que puede realizar hoy mismo:

  1. Establezca límites. Tome nota de cuándo siente la culpa de madre y adáptese. Por ejemplo, algunas mujeres se sienten culpables cuando navegan por las redes sociales y ven que otras madres son “perfectas”. Si compararse con otras mujeres se convierte en un problema, limite el tiempo que pasa frente a la pantalla (sí, las madres también necesitan límites) y recuérdese que nadie es perfecto.
  2. Acepte ayuda. Si siente que no puede hacerlo todo por sí misma, entonces deje de hacerlo. En su lugar, forme una red con otras personas que puedan brindarle ayuda. Quizá pueda organizar un viaje compartido con otras familias con el fin de contar con más tiempo. O deje a los niños con una niñera o una familia de confianza para que usted tenga tiempo de hacer algo que le guste.
  3. Acérquese a otras madres. Hablar con amigas de confianza le recordará que no está sola. La crianza no es fácil, y puede ser beneficioso saber que otras personas han vivido situaciones similares. Además, pueden contar con estrategias para sus desafíos personales.
  4. Encuentre formas saludables de afrontar las situaciones. Debe saber que usted da un buen ejemplo cuando toma decisiones saludables. Permita que sus hijos la vean ejercitándose y dedicando tiempo al autocuidado. Explíqueles la importancia de dormir bien, reducir el estrés y comer alimentos saludables. Después, tómese el tiempo necesario para hacer esas actividades en beneficio propio. Incluso puede ser útil tomarse un breve descanso para respirar profundamente y calmarse.
  5. Tenga autocompasión. Según investigaciones, se demostró que las madres que eran más amables consigo mismas conseguían liberarse de la culpa con más éxito, se sentían menos aisladas y se juzgaban menos a sí mismas.
  6. Busque apoyo profesional. Hay momentos en los que el estrés afecta la capacidad de realizar tareas sencillas o se vuelve demasiado abrumador como para controlarlo con otros métodos. Busque la ayuda de un experto en salud mental que pueda ayudarla con ideas para controlar el estrés, modificar los comportamientos que no la benefician y apoyarla a medida que aprende sobre la maternidad.