Cómo manejar el estrés para controlar la hipertensión arterial

Un hombre mayor que se relaja en el sofá con audífonos

La importancia de la gestión del estrés

En el ajetreado mundo actual, repleto de exigencias cada vez mayores, la gestión del estrés es una habilidad vital y un salvavidas. También es importante tener en cuenta que, aunque se sigue estudiando la relación entre el estrés y la hipertensión arterial (HTA o hipertensión), se sabe que el estrés contribuye a factores de riesgo, como una dieta deficiente y un consumo excesivo de alcohol.

Cómo afecta el estrés a su salud

Además de la molestia emocional que sentimos cuando nos enfrentamos a una situación estresante, nuestro organismo reacciona liberando hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) en la sangre. Estas hormonas preparan el cuerpo para la respuesta de “combate o huida” haciendo que el corazón lata más rápido y contrayendo los vasos sanguíneos para que llegue más sangre al tronco que a las extremidades.

La constricción de los vasos sanguíneos y el aumento de la frecuencia cardíaca aumentan la presión arterial, pero solo temporalmente: Cuando la reacción al estrés desaparece, la presión arterial vuelve a su nivel previo al estrés. Esto se denomina estrés situacional y sus efectos suelen ser de corta duración y desaparecen cuando finaliza el evento estresante.

“Combatir o huir” es una respuesta valiosa cuando nos enfrentamos a una amenaza inminente que podemos manejar peleando o huyendo. Sin embargo, nuestro mundo moderno presenta muchos acontecimientos estresantes que no podemos gestionar con esas opciones. El estrés crónico (constante) hace que nuestro organismo funcione a pleno rendimiento durante días o semanas. Los vínculos entre el estrés crónico y la presión arterial no son claros y aún se están estudiando.

Estrés frente a ansiedad

El estrés es un factor del estilo de vida y, en cierta medida, un elemento de la vida. Cada uno de nosotros también tiene cierto nivel de ansiedad. Por otro lado, los trastornos de ansiedad y la ansiedad crónica son enfermedades diagnosticadas desde el punto de vista médico que pueden verse afectadas por el estrés.

Luchar contra el estrés con hábitos saludables

Aprenda a luchar contra el estrés tomando decisiones como hablar con familiares y amigos y dedicando tiempo a la actividad física. Estos hábitos no solo mejoran su salud, sino que también rejuvenecen su bienestar general.

Reduzca el estrés cambiando sus expectativas

Concédase tiempo suficiente para hacer las cosas.

La gestión del tiempo hace maravillas para reducir el estrés. No intente sobrecargar demasiado cada momento.

Aprenda a decir “no”. No prometa demasiado.

Reduzca la tensión con una lista más corta de tareas que deben hacerse. Esto puede requerir que vuelva a evaluar las prioridades y tome decisiones difíciles, pero todo el mundo debe aprender a vivir en unos límites manejables.

Reduzca el estrés reconociendo dónde tiene el control

No puede controlar todos los eventos externos de su vida.

Sin embargo, puede cambiar la forma en que los gestiona emocional y psicológicamente. Intente aprender a aceptar las cosas que no puede cambiar. No tiene que resolver todos los problemas de la vida.

Piense en los problemas que están a su alcance y planifique su solución.

Puede hablar con su jefe sobre las dificultades en el trabajo, hablar con el vecino si su perro le molesta o recibir ayuda cuando tenga demasiadas cosas que hacer.

Reconozca cuáles son los desencadenantes de estrés.

Piense en lo que puede molestarle. Algunas cosas se pueden evitar. Por ejemplo, pase menos tiempo con personas que le molestan o evite conducir en horas pico.

Reduzca el estrés cuidando su estado de ánimo

La relajación es importante.

Incluso si está ocupada, tómese entre 15 y 20 minutos al día para sentarse tranquilamente, respirar profundamente y pensar en una escena tranquila.

Dedique tiempo a desarrollar y nutrir relaciones de apoyo.

Todos necesitamos relaciones positivas y alentadoras. Invierta en el desarrollo de relaciones que crean carácter y fomentan el crecimiento.

Regálese un estilo de vida saludable.

Realice actividades físicas con regularidad. Haga lo que le gusta: camine, nade, monte en bicicleta o salga a correr para que sus músculos se pongan en marcha. Liberar la tensión del cuerpo la ayudará a sentirse mejor.

Limite el consumo de alcohol, no coma en exceso y no fume.

Relajarse durante períodos cortos en su jornada laboral, por la noche y los fines de semana puede ayudar a reducir la presión arterial. Otro gran destructor de estrés es el ejercicio físico regular.

Reduzca el estrés practicando la gratitud y la alegría

Practique la gratitud.

Cambie la forma de responder a situaciones difíciles y céntrese en lo positivo, no en lo negativo. Expresar gratitud a los demás también puede aumentar su nivel de satisfacción con la vida y reducir los pensamientos estresantes.

Sepa qué actividades le resultan placenteras y encuentre formas de disfrutar de la experiencia.

Puede que disfrute de actividades de voluntariado o cocinando sus platos favoritos. Si dedica tiempo no solo a participar en estas actividades, sino también a disfrutarlas de forma intencionada, puede crear una vida satisfactoria en lugar de tener que darse prisa por realizar sus “actividades relajantes” a un ritmo estresante.

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