Hipertensión pulmonar: hipertensión arterial en el sistema corazón-pulmón

¿Qué es la hipertensión pulmonar?

La hipertensión pulmonar (HP) es una hipertensión arterial en el sistema corazón-pulmón que suministra sangre fresca (oxigenada) al corazón mientras devuelve la sangre usada (sin oxígeno) a los pulmones.

Presión arterial pulmonar frente a presión arterial sistémica

A diferencia de la presión arterial sistémica, que representa la fuerza de la sangre que circula a través de los vasos sanguíneos del cuerpo, la presión arterial pulmonar refleja la presión que el corazón ejerce para bombear sangre del corazón a través de las arterias de los pulmones. En otras palabras, se centra en la presión del flujo sanguíneo de los pulmones.

Circulación del flujo sanguíneo por el corazón y los pulmones

flujo sanguíneo

La cámara cardíaca inferior derecha, el ventrículo derecho, recibe sangre sin oxígeno y la bombea a las arterias pulmonares. A continuación, la sangre se desplaza a los pulmones para oxigenarse y a la cámara cardíaca superior izquierda, la aurícula izquierda. Desde allí, la sangre rica en oxígeno se desplaza hacia la cámara inferior izquierda, el ventrículo izquierdo, que bombea sangre al resto del cuerpo a través de la aorta.

Observe cómo circula la sangre por el corazón y por los pulmones.

Las lecturas de la hipertensión pulmonar

La presión arterial pulmonar suele ser mucho más baja que la presión arterial sistémica. La presión normal de la arteria pulmonar es de 8-20 mmHg en reposo. Si la presión en la arteria pulmonar es superior a 25 mmHg en reposo o 30 mmHg durante una actividad física, es anormalmente alta y se denomina hipertensión pulmonar.

Los efectos a largo plazo de la hipertensión pulmonar

Al igual que la hipertensión arterial sistémica puede hacer que el corazón trabaje más para suministrar sangre al cuerpo, la hipertensión pulmonar se puede producir cuando las arterias de los pulmones se estrechan y se espesan, ralentizando el flujo de sangre a través de las arterias pulmonares hasta los pulmones. Como consecuencia, la presión de las arterias aumenta a medida que el corazón trabaja más para intentar forzar la circulación sanguínea. La insuficiencia cardíaca se produce cuando el corazón se vuelve demasiado débil para bombear suficiente sangre a los pulmones.

Síntomas de la hipertensión pulmonar

Los primeros síntomas son:

  • Respiración entrecortada durante la actividad de rutina
  • Fatiga
  • Dolor torácico
  • Latidos cardíacos acelerados
  • Dolor en el lado superior derecho del abdomen
  • Disminución del apetito

Los síntomas posteriores son:

  • Sensación de mareo, especialmente durante la actividad física
  • Desvanecimiento
  • Hinchazón en los tobillos o las piernas
  • Labios o piel azulados

Diagnóstico y tratamiento

La hipertensión pulmonar se puede desarrollar lentamente, sin signos ni síntomas tempranos. Cuando aparecen los síntomas, suelen ser asma u otras afecciones pulmonares o cardíacas.

Para diagnosticar la hipertensión pulmonar, su médico puede preguntarle sobre sus síntomas y los factores de riesgo, entre ellos, otras situaciones clínicas y antecedentes familiares. Tener un familiar con hipertensión pulmonar aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.

Evaluación médica

Su médico puede recomendar pruebas y procedimientos para diagnosticar la hipertensión pulmonar y descubrir la causa y la gravedad. Las pruebas diagnósticas comunes incluyen una ecocardiografía, una radiografía de tórax, un electrocardiograma (EKG o ECG) y un cateterismo del corazón derecho. El descubrimiento de la causa subyacente puede implicar una TAC del tórax, una resonancia magnética del tórax, pruebas de funcionamiento pulmonar, una polisomnografía (PSG), una exploración de perfusión/ventilación pulmonar y pruebas de sangre.

Una vez que tenga de un diagnóstico de hipertensión pulmonar, las pruebas de esfuerzo pueden ayudar al médico a determinar la gravedad. La prueba mide el buen funcionamiento del corazón y los pulmones mientras usted está en una cinta de correr o en una bicicleta, de modo que el médico pueda valorar su nivel de actividad. Las pruebas de ejercicio se pueden desarrollar durante el tratamiento para supervisar su progreso.

Tipos de hipertensión pulmonar

La Organización Mundial de la Salud ha establecido cinco grupos de hipertensión pulmonar.

Grupo 1 hipertensión arterial pulmonar (HAP)

El grupo 1 de HAP incluye la hipertensión pulmonar cuya causa se desconoce. Es heredada. La causan medicamentos o toxinas, así como afecciones como la enfermedad del tejido conjuntivo, la infección por VIH, la enfermedad hepática, la cardiopatía congénita, la anemia falciforme o la esquistosomiasis. O también la causan afecciones que afectan a las venas y a los pequeños vasos sanguíneos de los pulmones.

Grupo 2 hipertensión pulmonar

El grupo 2 de la hipertensión pulmonar se asocia a menudo a una cardiopatía izquierda, como la enfermedad de la válvula mitral o la hipertensión arterial a largo plazo. La cardiopatía izquierda es la causa más común de la hipertensión pulmonar.

Grupo 3 hipertensión pulmonar

El grupo 3 está relacionado con problemas pulmonares como la enfermedad pulmonar de obstrucción crónica (EPOC) y la enfermedad pulmonar intersticial, así como la apnea del sueño y otros trastornos respiratorios relacionados con el sueño.

Grupo 4 hipertensión pulmonar

El grupo 4 incluye la hipertensión pulmonar que se produce por coágulos en los pulmones o trastornos generales de coagulación.

Grupo 5 hipertensión pulmonar

El grupo 5 incluye la hipertensión pulmonar que se desencadena por otros trastornos. Algunos ejemplos de estas enfermedades o afecciones son trastornos sanguíneos como la policitemia vera y la trombocitemia esencial; trastornos sistémicos como la sarcoidosis y la vasculitis; trastornos metabólicos como la tiroides y la glucogenosis; y otras afecciones como la enfermedad renal y los tumores que presionan las arterias pulmonares.

Factores que pueden incidir en la hipertensión pulmonar

Aunque la hipertensión pulmonar no tenga cura, puede vivir una vida activa y satisfactoria en un trabajo conjunto con su médico para tratar los síntomas. Hable con su médico antes de tomar medicamentos sin receta, ya que algunos pueden empeorar los síntomas de la hipertensión pulmonar o interferir con las recetas. Lleve consigo una lista de medicamentos. Pregunte si se debe vacunar contra la neumonía o contra la gripe. Además, el embarazo puede suponer un riesgo grave para las mujeres con hipertensión pulmonar, por lo que debe asegurarse de hablar con su médico sobre las opciones de anticonceptivos.

Estos cambios en el estilo de vida pueden mejorar los síntomas:

  • Deje de fumar. Su médico puede recomendar programas y productos para ayudarlo.
  • Siga una dieta sana. Coma una gran variedad de frutas, verduras y cereales integrales, además de carne magra, ave, pescado y leche baja en grasas o descremada. Su dieta debe ser baja en grasas, colesterol, sodio y azúcar.
  • Cuide su peso. Un registro diario de su peso puede ayudarlo a ser consciente de su rápido aumento de peso, que puede ser un signo de que la hipertensión pulmonar está empeorando.
  • Mantenga la actividad física. Incorpore actividades físicas como caminar en su estilo de vida. Hable sobre el nivel de actividad con su médico. Evite hacer esfuerzos o levantar cargas pesadas. Descanse cuando lo necesite.
  • Evite sentarse en un jacuzzi o sauna, o tomar largos baños, lo cual disminuye la presión arterial.
  • Tenga cuidado con los viajes aéreos o los lugares de gran altitud. Puede que deba viajar con oxígeno adicional.
  • Busque ayuda para controlar la ansiedad y el estrés de vivir con hipertensión pulmonar. Hable con su equipo de cuidado de la salud o pida una referencia a un terapeuta. Un grupo de apoyo para las personas que viven con hipertensión pulmonar puede ser de gran ayuda para aprender a hacerle frente a la enfermedad.