Viajes y cardiopatías

Pasajero en un aeropuerto corriendo con una maleta

Las precauciones a la hora de viajar ayudan a las personas con cardiopatías.

El hecho de tener una cardiopatía o estar a cargo de alguien que ha tenido un episodio cardíaco, como un ataque cardíaco o un ACV, no tiene por qué ser un impedimento para viajar a lugares lejanos. De hecho, unas cuantas sencillas precauciones pueden ayudar a que su viaje sea tranquilo.

Un paso obvio es estar tan equipado para sus vacaciones o viaje de negocios como lo estaría en casa.

“Asegúrese de llevar consigo sus medicamentos cuando viaje”, afirma Winston H. Gandy Jr., M.D., cardiólogo del Northside Hospital en Atlanta.

Algunas personas se sienten más cómodas si llevan una copia de las recetas originales por si pierden los medicamentos. Eso no está mal, dice Gandy, pero basta con llevar una lista de sus medicamentos y el número de teléfono de su cardiólogo. Descargue esta tabla de medicación (PDF)(link opens in new window) para llevar un seguimiento. También es una buena idea que su cardiólogo o internista sepan dónde va a estar. Es posible que su médico conozca médicos o instituciones cardíacas de reconocido prestigio en la zona por si necesita ayuda.

“Lo más probable es que su cardiólogo conozca a alguien allí, ya sea personalmente o por su reputación”, afirma Gandy.

Investigue un poco. Ubique algún centro médico en su destino y sepa qué cubre su seguro médico. Por ejemplo, algunas pólizas de seguro pagan una parte de los costos de un vuelo de emergencia desde el extranjero. Esto puede ayudarlo a tomar decisiones rápidas si surge un problema. Algunos profesionales de la salud recomiendan que lleve consigo una copia de las partes pertinentes de su historial médico durante el viaje.

Grandes altitudes, parajes exóticos

Viajar a altitudes más elevadas no debería ser una preocupación necesariamente, sobre todo si su situación clínica está bien controlada, asegura Gandy.

Pero tenga en cuenta el consumo de líquidos y de sodio (sal) si padece una cardiomiopatía o tiene antecedentes de insuficiencia cardíaca, afirma. Una ingesta equilibrada de líquidos es importante si se padecen estas afecciones.

Las grandes altitudes pueden agravar los síntomas si padece una enfermedad coronaria debido al aire enrarecido y a la forma en que se transporta el oxígeno en la sangre, señala Gandy. Lo compara con un tren que transporta cargas más pequeñas y hace más viajes. El motor, en este caso, su corazón, tiene que trabajar con más intensidad, especialmente si ya tiene algún bloqueo.

Tenga cuidado con la respiración entrecortada u otros síntomas que podrían indicar que está pasando de un estado estable a uno inestable, dice.

Si viaja a un país en desarrollo, donde son necesarias ciertas vacunas para protegerse contra enfermedades, es poco probable que dicha inmunización afecte su corazón. La mayor preocupación, afirma Gandy, es que en un lugar exótico podría tener menos acceso a una buena atención médica.

“Se trata de una elección personal”, afirma. “Cada cual debe asumir los riesgos que corre”.

Considere la posibilidad de hacer algunos ajustes como elegir un destino alternativo en la misma parte del mundo. En lugar de un safari rural en África, elija una zona más poblada del continente. “Puede visitar Johannesburgo e ir a una reserva natural un día”, afirma Gandy.

Precauciones en un avión

Permanecer sentado e inmóvil en un avión durante vuelos de larga duración puede aumentar ligeramente el riesgo de que en una persona normal se formen coágulos en las piernas, pero los problemas médicos asociados generalmente contribuyen a ello. Si alguien padece enfermedad arterial periférica (EAP), también denominada enfermedad vascular, o tiene antecedentes de insuficiencia cardíaca, el riesgo de coágulos aumenta. Durante los viajes largos, es recomendable levantarse y caminar siempre que sea posible (pero asegúrese de no hacerlo mientras esté encendida la luz del cinturón de seguridad).

Informe a su médico de sus planes de viaje para que le indique si debe tomar alguna precaución especial. Por ejemplo, algunas personas pueden necesitar medias de compresión u oxígeno adicional. Otras podrían necesitar vigilar la ingesta de líquidos o evitar el consumo de alcohol. Incluso es posible que algunas personas no puedan volar.