Afroamericanos y cardiopatías, derrames cerebrales

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La cardiopatía es la principal causa de muerte entre los americanos; el ataque cerebral también es una de las principales causas de muerte. Si esas estadísticas ya le parecen terribles, los riesgos de padecer estas enfermedades son aún mayores para los afroamericanos.

La buena noticia es que los afroamericanos pueden mejorar sus probabilidades de prevenir y combatir estas enfermedades si comprenden los riesgos y toman medidas sencillas para abordarlos.

“Hágase una revisión, colabore con su médico para conocer sus factores de riesgo específicos y lo que debe hacer para cuidar su salud personal”, recomienda Winston Gandy, M.D., cardiólogo y director médico encargado del marketing en el Piamonte Heart Institute en Atlanta y voluntario de la American Heart Association.

La presión arterial alta, el sobrepeso y la diabetes son las afecciones más comunes que aumentan el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca o un ataque cerebral. A continuación, puede ver cómo afectan a los afroamericanos y algunos consejos para reducir su riesgo.

hipertensión arterial

La prevalencia de la hipertensión arterial en afroamericanos es la mayor del mundo. La hipertensión arterial (también conocida como "presión alta") aumenta el riesgo de cardiopatía y ACV, y puede causar daños permanentes en el corazón antes de que note algún síntoma, por eso a menudo se la conoce como el “asesino silencioso”. La hipertensión arterial no solo es más grave entre las personas de raza negra que entre las de raza blanca, sino que también se desarrolla a una edad más temprana.

Su profesional de la salud puede ayudarlo a encontrar el medicamento adecuado; además, los cambios en el estilo de vida también pueden tener un gran impacto.

“No se puede hacer nada en cuanto a los antecedentes familiares, pero sí se puede controlar la presión arterial”, para su nivel de actividad.

Si sabe que tiene la presión arterial alta, es importante que haga un seguimiento de cualquier cambio. Compruebe su presión arterial con regularidad y avise a su médico sobre cualquier cambio, ya que podría ser necesario ajustar el tratamiento, para su nivel de actividad. Incluso si no tiene hipertensión arterial, se recomienda comprobar la presión arterial cada dos años.

“Lo más importante que debe hacer es comprobar su presión arterial de forma habitual”, afirma.

Obesidad

A los afroamericanos les afecta la obesidad de forma desproporcionada. Entre las personas de raza negra no hispanas de 20 años o más, un 69% de los hombres y un 82% de las mujeres tienen sobrepeso u obesidad.

Si tiene sobrepeso, el Dr. Gandy sugiere que le preste atención a la calidad de su dieta durante todo el día, no solo en las comidas.

“Un simple bocadillo puede sumarle cientos de calorías a su dieta”, afirma. Elegir los bocadillos adecuados puede ser parte de una dieta sana.

El Dr. Gandy sabe muy bien lo difícil que puede ser bajar de peso. Tras años de indicarles cambios en la dieta a sus pacientes, decidió que era hora de seguir sus propios consejos de caminar al menos 30 minutos al día y eliminar las bebidas azucaradas y los postres. El trabajo duro dio sus frutos. El Dr. Gandy perdió 11 kilos (25 libras) en seis meses y se siente mucho mejor.

También sugiere limitar el consumo de carne roja y reemplazarla por carnes magras, como pollo o pescado, además de vigilar las porciones de aquellos alimentos con un elevado contenido de carbohidratos, como pasta y arroz. Es mejor consumir opciones integrales.

“Consuma verduras como elemento principal de sus comidas y trate de llenarse con ellas en lugar de otros alimentos”, afirma.

El Dr. Gandy advierte de que incluso las cosas que son saludables pueden contener calorías.

“Si tiene sed, beba agua, no jugos”, para su nivel de actividad.

Diabetes

La diabetes es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares y los ataques cerebrales. Además, los afroamericanos tienen más probabilidades de padecer diabetes que las personas de raza blanca no hispanas.

La diabetes tipo 2 se puede tratar y prevenir; sin embargo, muchas personas no reconocen los primeros signos de alarma. O bien, evitan buscar tratamiento por temor a las complicaciones.

El Dr. Gandy afirma que muchas personas asocian la enfermedad con parientes mayores a quienes se les diagnosticó demasiado tarde o con una diabetes mal controlada y que sufrieron complicaciones evitables, como ceguera, amputaciones o insuficiencia renal.

En el caso de la diabetes y otros riesgos de cardiopatía, practicar ejercicio de forma habitual también desempeña un papel clave, tanto en el fortalecimiento del sistema cardiovascular como en la quema de calorías adicionales.

El objetivo es caminar al menos 30 minutos al día, para su nivel de actividad.

“Esto es suficiente para subir la frecuencia cardíaca”, comenta. “No hay necesidad de correr una maratón”. La American Heart Association recomienda que los adultos realicen, al menos, 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o, al menos, 75 minutos de actividad física intensa (o una combinación de ambas) cada semana.


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