Drogas ilegales y cardiopatías

La mayoría de las drogas ilegales pueden tener efectos cardiovasculares adversos: desde una frecuencia cardíaca anormal hasta ataques al corazón. La inyección de drogas ilegales también puede dar lugar a problemas cardiovasculares, como colapsos venosos e infecciones bacterianas de los vasos sanguíneos y las válvulas cardíacas.

Muchas drogas, como la cocaína, la heroína y diversas formas de anfetamina, afectan al sistema nervioso central y pueden alterar la consciencia del usuario. Además de la adicción, entre los efectos secundarios y los riesgos asociados al uso de estos fármacos se incluyen los siguientes:

  • Cambios en la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
  • Cefaleas, dolor abdominal y náuseas.
  • Alteración del sentido de la realidad y mayor riesgo de infecciones de transmisión sexual. 
  • Posibilidad de consumir sustancias añadidas (como talco, venenos, herbicidas u otras partículas) que puedan causar una reacción tóxica.
  • Ataques cardíacos, convulsiones y paro respiratorio.

Más información sobre la cocaína: el “fármaco perfecto para el ataque al corazón”

La forma en polvo de la cocaína se inhala a través de la nariz (se esnifa) y se absorbe a través del tejido nasal, o se disuelve en agua y se inyecta en el torrente sanguíneo. El crack es una forma de cocaína que se procesa para crear un cristal de roca que se puede fumar.

Incluso los llamados consumidores de cocaína recreativa pueden tener una presión arterial más alta, arterias más rígidas y paredes más gruesas del músculo cardíaco que los que no la consumen; todas ellas causas que pueden provocar un ataque cardíaco. Un estudio australiano presentado en las sesiones científicas del 2012 de la American Heart Association fue el primero en documentar estas anomalías cardiovasculares en consumidores habituales de cocaína aparentemente sanos mucho después de que los efectos inmediatos de la cocaína hubiesen desaparecido.  Los investigadores, que llamaron a la cocaína “el fármaco perfecto para el ataque cardíaco”, mostraron cómo los consumidores presentaban tasas más elevadas de diversos factores asociados a riesgos más elevados de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular:

  • aumento del 30% al 35% en la rigidez aórtica,
  • aumento de 8 mm Hg en la presión arterial sistólica superior, y
  • aumento del 18% del grosor de la pared del ventrículo izquierdo del corazón.

En un Informe Mundial sobre las Drogas de las Naciones Unidas, se calculó que la prevalencia del consumo de cocaína en Estados Unidos en el 2013 era del 1,6% de la población de 12 años y mayor, y que se mantuvo estable en los años anteriores.

La cocaína es la droga ilegal que se asocia con más frecuencia a las visitas a los servicios de urgencias hospitalarios de EE. UU. El consumo de cocaína se asocia al dolor torácico y al infarto de miocardio. En el 2011, se calculó que la cocaína estaba relacionada con un 40,3% de las visitas al servicio de urgencias hospitalario asociadas a drogas ilegales (505 224 visitas), frente a aproximadamente el 36,4% (455 668 visitas) asociadas a la marihuana y aproximadamente el 20,6% (258 482 visitas) asociadas a la heroína.

La cocaína, la anfetamina y el éxtasis pueden tener efectos adversos en el sistema cardiovascular.

  • Las anfetaminas, una clase de droga que incluye a las metanfetaminas, pueden crear adicción y ser propensas a consumirse excesivamente. Los fármacos se prescriben para tratar el Parkinson, la obesidad, la narcolepsia y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Estimulan el sistema nervioso central (nervios y cerebro). Esto aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y disminuye el apetito, entre otros efectos. Nunca deje de tomar ningún medicamento prescrito sin consultar primero al profesional de la salud.
  • El éxtasis, o MDMA, es ilegal. Se conoce como una “droga de discoteca” sintética con efectos estimulantes y alucinógenos.

El consumo de drogas está aumentando entre los adultos mayores.

Según los National Institutes of Health (Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU.), está aumentando la cantidad de consumidores de drogas ilegales de 50 años o más. Los usuarios de drogas ilegales con edades comprendidas entre los 50 y 59 años se triplicaron entre el 2002 y el 2012, desde 900 000 a más de 3 000 000. Cada vez hay más adultos de edad avanzada que también están buscando tratamiento para el consumo de drogas y están teniendo una mayor cantidad de hospitalizaciones y de visitas a los servicios de urgencias hospitalarios, hasta en más del 130% para las personas de entre 55 y 64 años desde el 2004 hasta el 2009.

Aunque es relativamente poco frecuente que los adultos mayores de 65 años hayan utilizado drogas ilegales, es más probable que los nacidos durante el baby boom, los adultos que ahora tienen unos 50 o 60 años, las hayan probado durante su juventud en comparación con las generaciones anteriores. Una mayor exposición durante su vida podría dar lugar a tasas más altas de consumo a medida que la persona envejece.

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