Comprender los riesgos para prevenir un ataque al corazón

Datos de interés

  • Es importante saber tus factores de riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
  • Puedes controlar algunos factores de riesgo, como el consumo de tabaco, la actividad física, la presión arterial, el colesterol y la glucemia.
  • Consulta con tu equipo de cuidados de salud para controlar los riesgos de padecer enfermedades cardíacas.
Los primeros 90 días después de un ataque cardíaco: Comprender el riesgo de un segundo ataque cardíaco

El conocimiento es poder. Si comprendes los riesgos de sufrir un ataque cardíaco, puedes tomar medidas para mejorar tu salud.

Los factores de riesgo son rasgos y hábitos de vida que pueden aumentar tu probabilidad de sufrir un ataque cardíaco. Por eso es importante conocerlos. Hay ciertos factores de riesgo que puedes cambiar y otros que no.

El primer paso es hablar con tu profesional de la salud. El profesional puede ayudarte a reducir, controlar o prevenir la mayor cantidad posible de factores de riesgo. Puede recomendar cambios saludables a tus hábitos diarios, recetarte medicamentos o ambos.

Si no tienes un médico de atención primaria, posiblemente puedas consultar a alguien de una clínica de tu comunidad.

Conoce tu riesgo

Tu equipo de cuidados de salud revisará tus antecedentes médicos y familiares. También te preguntará:

  • Si alguna vez tuviste un ataque cardíaco o un ataque o derrame cerebral, o bien obstrucciones en las arterias del corazón, el cuello o las piernas
  • Tus factores de riesgo, por ejemplo:
    • Edad avanzada
    • Sexo
    • Diabetes
    • Presión arterial alta
    • Colesterol alto
    • Sobrepeso u obesidad
    • Consumo de tabaco
  • Datos de tu estilo de vida. Te preguntará sobre tu dieta y tus niveles de actividad física, tu consumo de alcohol y tu uso de medicamentos y suplementos.

Puede que tu profesional de la salud use una calculadora de riesgos para estimar tu riesgo de sufrir un ataque cardíaco. 

Si tienes entre 40 y 75 años y nunca has tenido un ataque cardíaco, pide que evalúen tu riesgo de sufrir un evento cardiovascular en los próximos 10 años.

Los factores de riesgo para un ataque cardíaco incluyen los que se indican a continuación:

  • Tabaquismo
  • Presión arterial alta
  • Colesterol alto
  • Diabetes
  • Sobrepeso u obesidad
  • Antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular arteriosclerótica temprana
  • Síndrome metabólico
  • Enfermedad renal crónica
  • Afecciones inflamatorias crónicas, como artritis reumatoide, psoriasis y VIH/SIDA
  • Antecedentes de preeclampsia o menopausia temprana
  • Etnia de alto riesgo, como antepasados del sudeste asiático
  • Triglicéridos, índice tobillo-brazo y otros resultados de laboratorio más altos de lo normal

¿Pueden cambiarse los factores de riesgo?

Algunos factores de riesgo pueden cambiarse y otros no. Es posible que hayas nacido con determinados factores de riesgo que no se pueden cambiar. Puesto que no puedes hacer nada contra este tipo de factores de riesgo, es aún más importante que controles los que se pueden cambiar.

Factores de riesgo que no se pueden cambiar

Edad avanzada
La mayoría de las personas que mueren a causa de una enfermedad coronaria tiene 65 años o más. Aunque los ataques cardíacos ocurren en ambos sexos en edad avanzada, las mujeres presentan un mayor riesgo de morir.
Sexo masculino
Los hombres presentan un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco que las mujeres. Los hombres también sufren de ataques en etapas tempranas de la vida.

Incluso después de que las mujeres lleguen a la etapa de la menopausia, momento en el que aumenta la tasa de mortalidad femenina debido a enfermedades cardíacas, se ha observado que el riesgo de sufrir un ataque cardíaco en mujeres es menor que el de los hombres.
Herencia (incluida la raza)

Es más probable que los niños que tienen padres que padecen enfermedades cardíacas padezcan dichas afecciones.

Las personas de raza negra presentan tasas desproporcionadamente altas de presión arterial alta más grave. También se presenta en una etapa más temprana de la vida. Este riesgo de padecer enfermedades cardíacas también es mayor entre los mexicoamericanos, los nativos americanos, los nativos de Hawái y algunos asiáticos americanos. En parte, esto puede ser debido a las tasas más elevadas de obesidad y diabetes.

Los factores históricos y sistémicos desempeñan una función importante en estas estadísticas. Entre ellos están los factores sociales adversos de la salud, las condiciones en las que una persona nace y vive. Las causas incluyen la falta de acceso a los cuidados de salud y a alimentos saludables, así como a otros problemas sociales. 

Factores de riesgo que puedes cambiar

Fumar tabaco o vapear

El consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un ataque o derrame cerebral. La nicotina, un componente químico en los cigarrillos y los cigarrillos electrónicos, provoca que el corazón lata más rápido y la presión arterial aumente. Fumar hace que se formen más coágulos sanguíneos. También puede propiciar la acumulación de placa en las arterias.

Inhalar el humo de otros también aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, incluso en personas que no fuman.

Si fumas, toma medidas para dejarlo. Hay disponibles muchos recursos eficaces. Entre ellos, se incluyen programas para el cambio en el comportamiento, tratamiento de reemplazo de la nicotina y otros medicamentos.

Obtén más información sobre el tabaquismo y las enfermedades cardiovasculares.

Colesterol alto en sangre

Si tienes más de 20 años, debes medirte los niveles de colesterol cada cuatro a seis años como parte de una evaluación de tus riesgos cardiovasculares. Es posible que necesites medirtelos con más frecuencia en los siguientes casos:

  • Presentas un mayor riesgo debido a determinados factores
  • Ya padeces enfermedades cardíacas

El profesional de la salud te realizará un análisis de sangre para medir los niveles de colesterol. Puede ser un perfil de lipoproteína en ayunas o sin ayuno. Evalúa varios tipos de grasa en la sangre. Esta prueba te proporciona los siguientes cuatro resultados:

Obtén más información sobre cómo controlar el colesterol.

Presión arterial alta

La hipertensión arterial aumenta la carga de trabajo del corazón, lo que hace que se produzca un engrosamiento del músculo cardíaco y se vuelva más rígido. Esta rigidez del músculo cardíaco no es normal y hace que el corazón funcione de forma anormal. También aumenta el riesgo de ataque o derrame cerebral, ataque al corazón, insuficiencia renal e insuficiencia cardíaca congestiva.

El riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un ataque o derrame cerebral aumenta incluso más cuando se manifiesta presión arterial alta, además de lo que se indica a continuación:

  • Obesidad
  • Tabaquismo
  • Colesterol alto en sangre
  • Diabetes

Un nivel de presión arterial normal es inferior a 120/80 mmHg.

Infórmate más sobre cómo controlar la presión arterial.

Inactividad física

Un estilo de vida sedentario es un factor de riesgo de enfermedad coronaria. Realizar actividad física de moderada a intensa puede reducir tu riesgo. La actividad física puede ayudar a controlar el colesterol sanguíneo, la diabetes y la obesidad. En algunas personas, también puede ayudar a reducir la presión arterial.

Los adultos deberían intentar realizar al menos:

  • 150 minutos de actividad física moderada a la semana, como una caminata a paso ligero

o

  • 75 minutos de actividad física intensa, como trotar

o

  • Una combinación de ambas

Obtén más información sobre cómo mantener un buen nivel de actividad.

Obesidad y sobrepeso

Las personas con demasiada grasa corporal, especialmente en la cintura, tienen más probabilidades de padecer enfermedades cardíacas y sufrir ataques o derrames cerebrales, incluso aunque no tengan otros factores de riesgo.

Los adultos con sobrepeso y obesidad que presentan factores de riesgo relacionados con las enfermedades cardiovasculares, como presión arterial alta, colesterol alto o altos niveles de azúcar, deben realizar cambios en el estilo de vida para bajar de peso.

Muchas personas pueden presentar dificultades para bajar de peso. Sin embargo, en el caso de las personas con un peso superior al saludable, una pérdida de peso sostenida del 3% al 5% puede provocar una reducción considerable de algunos factores de riesgo. Una mayor pérdida de peso mantenida puede mejorar la presión arterial, el colesterol y la glucemia.

Obtén más información sobre cómo controlar tu peso.

Diabetes

La diabetes aumenta en gran parte el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Incluso cuando los niveles de azúcar en sangre están bajo control, la diabetes aumenta el riesgo de cardiopatía y ACV. Los riesgos son incluso mayores si la glucemia no está controlada.

Si padeces diabetes, los controles regulares son fundamentales para mantener la glucemia bajo control. Trabaja con tu equipo de cuidados de salud para desarrollar hábitos de alimentación saludables, controlar tu peso y hacer actividad física de forma regular. Es posible que necesites medicamentos que te ayuden a controlar tu glucemia o niveles de insulina.

Obtén más información sobre cómo controlar la diabetes.

Otros factores que se deben considerar

Estrés

Todas las personas sienten el estrés, pero la reacción varía según cada persona. La respuesta individual al estrés puede ser un factor contribuyente a los ataques al corazón.

En algunas investigaciones, se ha descubierto una relación entre el riesgo de padecer una enfermedad coronaria y el estrés en la vida de una persona, además de la conducta relacionada con su salud y la situación socioeconómica. Estos factores pueden afectar los factores de riesgo existentes.

Con el tiempo, las respuestas poco saludables frente al estrés pueden generar problemas de salud. Por ejemplo, las personas sometidas a estrés pueden comer en exceso, empezar a fumar o fumar más de lo que de otro modo harían.

Descubre maneras saludables de controlar el estrés y dedicar tiempo para hacer las cosas que te gustan.  

Obtén recursos y consejos para manejar el estrés.

Sueño

Dormir bien por las noches es fundamental para la salud cardiovascular. Dormir bien beneficia a todo el organismo, incluido el corazón y el cerebro. Puede mejorar el estado de ánimo, la memoria y el razonamiento.

La cantidad y la calidad del sueño pueden influir en los hábitos alimenticios, el estado de ánimo, la memoria, los órganos internos y mucho más. Demasiado o muy poco puede ser dañino.

Los adultos deben intentar dormir un promedio de 7 a 9 horas por noche. Los bebés y los niños necesitan dormir más según su edad.

Revisa los consejos para dormir bien.

Alcohol

Beber demasiado alcohol puede elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de sufrir miocardiopatías, ataques o derrames cerebrales, cáncer y otras enfermedades. También puede contribuir a elevar el nivel de triglicéridos y provocar latidos de corazón irregulares. El consumo de alcohol en exceso también contribuye a la obesidad, el alcoholismo, el suicidio y los accidentes.

Si no bebes, no empieces a hacerlo. Si bebes alcohol, limita tu consumo a no más de dos copas al día para hombres y a una copa para mujeres. Lo siguiente se considera como un equivalente de bebida alcohólica:

  • 12 onzas líquidas (355 ml) de cerveza regular (con 5% de alcohol)
  • 5 onzas líquidas (148 ml) de vino (con 12% de alcohol)
  • 1.5 onzas líquidas (444 ml) de alcohol destilado de 80 grados (40% de alcohol)

Lee nuestras recomendaciones sobre el consumo de alcohol y la salud cardíaca.

Alimentación y nutrición

Una dieta saludable es una de las mejores formas para combatir las enfermedades cardiovasculares. Lo que comes puede influir en otros factores de riesgo controlables, como el colesterol, la presión arterial, la diabetes y el peso.

Elige alimentos ricos en nutrientes, que tienen vitaminas, minerales, fibra y otros nutrientes, y que son más bajos en calorías a comparación de alimentos con pocos nutrientes.

  • Come más verduras, frutas y cereales integrales.
  • También incluye productos lácteos bajos en grasas, proteínas vegetales, pescados, aves de corral, legumbres, frutos secos y aceites vegetales no tropicales.
  • Limita el consumo de grasas trans y saturadas, sodio, dulces, bebidas endulzadas con azúcar y carnes rojas.

Para mantener un peso saludable, necesitas gastar la misma cantidad de calorías que consumes mediante el metabolismo normal y la actividad física.

Obtén más información sobre la alimentación saludable. 

Participa con el equipo y pide ayuda

Un ataque cardíaco se puede producir a cualquier edad. Nunca se es demasiado joven para empezar a llevar una vida sana. Si tienes más de 40 años o presentas varios factores de riesgo, participa con tu equipo de cuidados de salud para abordar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Una estrategia de equipo es la mejor manera de prevenir las enfermedades cardíacas y el ataque o derrame cerebral. Tanto tu equipo de cuidados de salud como tú pueden crear un plan preventivo adecuado para ti.

Si te recetaron medicamentos para controlar los niveles de azúcar en la sangre, el colesterol, la presión arterial u otras afecciones, tómalos como te lo indicaron.

Habla sobre los desafíos que hay en tu vida que puedan causar un impacto en tu salud y pide ayuda. Si tienes inquietudes en cuanto a cómo acceder a la atención, pagar los medicamentos o encontrar transporte de ida y vuelta de las citas médicas, pide ayuda a tu equipo de cuidados de salud para encontrar recursos.

Eres el miembro más importante de tu equipo de cuidados de salud. Además, ellos dependen de que les digas cómo te sientes y qué ayuda necesitas. Así que pregunta y tomen decisiones en conjunto.

Juntos pueden reducir el riesgo de que sufras un ataque cardíaco.