Consejos para combatir la depresión tras un derrame cerebral

Consejos para combatir la depresión en supervivientes de un derrame cerebral

Después de un derrame cerebral, es común que aparezca una depresión, ya sea en el superviviente del ACV o en la persona que la cuida. En un estudio de 2016 sobre los factores que influyen en la depresión tras un ACV, se observó que el optimismo y la autoestima del cuidador pueden ayudar a combatir la depresión del paciente.

En el estudio, que se presentó en el congreso anual de la International Stroke Conference, se realizó un seguimiento de 112 supervivientes con depresión y sus parejas durante dos meses. La diferencia con respecto a estudios anteriores es que, en este, se observó al superviviente y a su cuidador como un equipo, no de forma individual.

"Tradicionalmente, nos habíamos centrado en los resultados del superviviente del ACV, pero hemos descubierto que el optimismo y la autoestima del cónyuge cuidador están relacionados con la depresión del paciente", explica la autora del estudio Misook Chung, Ph.D, R.N. y profesora asociada en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Kentucky. "Cuando el cónyuge tiene un nivel alto de autoestima y optimismo, el paciente tiene niveles más bajos de depresión", menciona Chung.

Dado que la salud del cónyuge o pareja desempeña un papel tan fundamental en la recuperación de la víctima del ACV, es importante que reciba apoyo y se le dé prioridad a su salud emocional.

Kim Feingold, psicóloga clínica y directora de Medicina conductual cardíaca en el Instituto Cardiovascular Bluhm de la Universidad del Noroeste, explica que siempre les aconseja a los cuidadores tener en cuenta sus propias necesidades, y no solo de las de su pareja.

"La carga del cuidador es algo que conocemos bien", dice. "El estrés crónico de cuidar a una persona enferma puede afectar la salud física y mental".

Estas son las sugerencias de Feingold para ayudar a prevenir la depresión en los supervivientes de un ACV y en sus cuidadores durante la recuperación.

Cuidarse uno mismo

"Los cuidadores tienden a dedicarse plenamente a su tarea, lo que tiene como consecuencia que a menudo descuiden su propia salud", nos cuenta Feingold. Según ella, es importante que el cuidador preste atención a sus propias necesidades, ya que su pareja necesita que se mantenga fuerte y saludable. Recomienda a los cuidadores que descansen bien, lleven una dieta saludable y practiquen ejercicio. "Los estudios demuestran que el ejercicio físico puede ser tan eficaz para combatir la depresión como los medicamentos", afirma.

Tómese descansos

Para un cuidador, puede ser difícil darse un respiro, pero, a largo plazo, es positivo para ambas partes que lo haga. Gracias a ese tiempo para sí mismo, el cuidador reducirá sus niveles de estrés, lo que le ayudará a estar más tranquilo y revitalizado. "Cuando retome el papel de cuidador, la persona podrá ser productiva y servicial, y, por lo tanto, su salud física y emocional no se verá tan impactada", afirma Feingold.

Ayude al paciente a identificar lo que está bajo su control

Después de un ACV, es fácil centrarse en la pérdida. Un método útil para reducir la depresión es centrarse en lo que sigue bajo el control del paciente. Es importante hacer hincapié en que aún hay muchos aspectos de la vida cotidiana que siguen estando bajo su responsabilidad, como tomar los medicamentos, acudir a las citas, socializar con amigos y familiares, participar en la rehabilitación, etc. Es necesario recordarle que sigue desempeñando un papel activo en su propia vida.

Reconozca la pérdida

Si bien centrarnos en lo positivo es útil, también es importante reconocer y aceptar lo que se ha perdido. Atravesar un período de duelo y sentir emociones negativas es una parte normal de la recuperación, tanto para el paciente como para el cuidador. Es importante reconocer estos sentimientos, ya sea por su cuenta o con la ayuda de un ser querido o un terapeuta.

No deje de hacer actividades ni se aparte de la vida social

Tanto la depresión como las limitaciones físicas plantean muchas dificultades para la interacción social. Sin embargo, es importante que el paciente y su cuidador permanezcan activos. "Obligarse a ser sociable o a participar en actividades positivas y placenteras puede mejorar la función emocional y combatir la depresión", afirma Feingold.