Star Jones sigue alertando sobre la cardiopatía en las mujeres

Star Jones y Go Red For Women

 

Después de una década de su cirugía a corazón abierto, Jones sigue dedicada a concientizar

A pesar de tener una dieta deficiente y un estilo de vida sedentario durante la mayor parte de su vida adulta, así como antecedentes familiares de cardiopatías; siendo abogada, defensora y una personalidad de la televisión, Star Jones se quedó atónita cuando supo que necesitaba cirugía a corazón abierto. Durante una década, ella ha hecho que su misión sea generar conciencia sobre las cardiopatías, la causa principal de muerte en mujeres, como voluntaria nacional de la American Heart Association y defensora del movimiento Go Red For Women de dicha asociación. 


Además de ser el mes en el que se inicia la primavera, marzo es el Mes de la Historia de la Mujer, un momento para conmemorar las contribuciones que las mujeres han hecho a la sociedad. También es un hito importante para una mujer, abogada, autora, defensora y personalidad de la televisión como lo es Star Jones, que se sometió a una cirugía a corazón abierto hace 10 años en este mes.

A simple vista, las cosas mejoraban para Jones. Después de someterse a una cirugía de bypass gástrico, había perdido 160 libras (73 kg), mejoró su dieta y comenzó a hacer ejercicio. 

“Estaba haciendo todo lo que se supone que uno debe hacer”, dice. 

Sin embargo, aunque Jones en ese momento era la imagen de la buena salud, no se sentía bien. Experimentaba palpitaciones cardíacas y respiración entrecortada cuando hacía ejercicio, y se mareaba cuando se levantaba demasiado rápido. Algunos días estaba tan cansada que no tenía ganas de levantarse de la cama. 

“Estar cansada me asustaba porque soy como el conejito de Energizer”, comenta Jones. 

Había tenido síntomas similares durante años, pero los había atribuido a su peso. Una vez que bajó de peso, sabía que algo estaba mal, así que programó una cita con su cardiólogo, el Dr. Valentin Fuster, un antiguo presidente de la American Heart Association.

Un ecocardiograma reveló que Jones tenía líquido alrededor del corazón. Por lo tanto, en lugar de salir a almorzar después de su cita según lo planeado, la llevaron al laboratorio de cateterismo, donde Fuster retiró un litro de líquido. 

“¿Qué va a publicar Page Six?”, recuerda haberse preguntado. “Estaba pensando en cosas tontas”.

Fuster también descubrió que Jones tenía una disfunción de la válvula aórtica, entre otros problemas, y le dijo que necesitaba cirugía a corazón abierto. Pero en lugar de programar el procedimiento, reservó un pasaje a la playa. 

“Había arena y cocteles, no cardiopatías”, manifiesta. “Una semana más tarde, volví a Nueva York, y ahí fue cuando apareció Star Jones”.

Ya enfocada en la preparación para una cirugía, seleccionó cuidadosamente a su cirujano cardiotorácico, su anestesista e incluso al cirujano que cerraría su pecho. 

A principios del 2010, el cirujano retiró su corazón durante 22 minutos para reparar los problemas. Se fue del hospital seis días después. Y para cuando terminó un mes de fisioterapia y tres meses de rehabilitación cardíaca, se sintió como ella misma otra vez. 

“La cirugía me salvó la vida, pero la rehabilitación cardíaca me devolvió la vida”, declara. 

Como excoanfitriona del programa de entrevistas “The View”, Jones estaba bien informada sobre una variedad de temas de noticias, pero, a pesar de los antecedentes familiares de cardiopatías, de un estilo de vida sedentario y de años de obesidad, no estaba al tanto de que tenía un riesgo de problemas cardíacos mayor que el promedio. 

“Pensaba que la cardiopatía era una enfermedad que sufrían los hombres blancos y viejos”, dice, y destaca que se sorprendió al saber que es la principal causa de muerte en mujeres y que ocasiona la muerte de más mujeres que todas las formas de cáncer juntas. “Necesitamos cambiar el rostro de la cardiopatía”, agrega.

Con ganas de hacerlo, Jones llamó a la American Heart Association y pronto se convirtió en una voluntaria nacional que apoya el movimiento Go Red For Women, y a menudo habla con los medios de comunicación y se reúne con otras sobrevivientes de cardiopatías. Su mensaje es simple: 

  • No fume. Fumar aumenta el riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares de dos a cuatro veces y puede reducir la esperanza de vida entre 13 y 14 años. Dejar de fumar puede reducir el riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares a la mitad en solo un año. 

  • Conozca sus cifras. Mantener un registro de su presión arterial, colesterol, niveles de azúcar en sangre e índice de masa corporal puede ayudarla a determinar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. 

  • Coma menos y más saludable. Cuando Jones sale a comer, pide que le quiten las salsas, que a menudo están llenas de sal y grasa, y, con frecuencia, se lleva la mitad de su comida a casa. También reemplazó la carne roja por opciones más magras, como el pescado y el pollo, y, además, llena su plato de verduras coloridas. 

  • Moverse más. Programa ejercicios en su calendario, y les da prioridad al tenis y a pilates. Junto a su esposo tienen citas nocturnas en el gimnasio. “Me obligo a hacerlo, porque no quiero morir, y el ejercicio es la mejor manera de controlar el colesterol”, comenta.

    Antes de saber sobre su cardiopatía, Jones pensaba que su título de derecho era su mayor recurso. Pero, entonces, se dio cuenta de que ninguno de sus logros profesionales importa sin buena salud. Ese es el mensaje que da como voluntaria nacional de la American Heart Association. 

    “Me duermo todas las noches sabiendo que estoy logrando mi cometido”, declara. “Cuando hablo de esto, lo hago de corazón”.