2024 Go Red for Women, Clase de Sobrevivientes: Stephanie Bowden

La siguiente es la historia de Stephanie y no es una recomendación ni un diagnóstico. Las historias se editaron para resumirlas

Stephanie Bowden tenía 11 años cuando le diagnosticaron miocardiopatía hipertrófica. Dieciséis años más tarde, la recién casada quiere ser mamá y sus problemas de salud son su fuente de motivación diaria.

La cardiopatía forma parte de la vida de Stephanie Bowden desde que tiene uso de razón. Su mamá padecía miocardiopatía hipertrófica, que es un engrosamiento del corazón. A los 11 años, Stephanie se enteró de que también tiene el trastorno genético, al igual que su hermana.

No fue fácil lidiar con problemas cardíacos y una cirugía a corazón abierto a esa edad.

“Cuando eres un niño ni siquiera comprendes de lleno la magnitud de lo que te están diciendo”, afirma Stephanie, que vive en Pinnacle, Carolina del Norte. “Cuando eres joven te crees invencible, y el hecho de tenerlo no te parece importante. Luego te das cuenta de que no eres invencible y que vivirás con eso el resto de tu vida. Entonces, ¿qué harás con tu vida? ¿Qué harás para asegurarte de darle sentido?”

En 2022, le diagnosticaron fibrilación auricular (FibA), un latido cardíaco irregular que puede producir coágulos o causar derrames cerebrales e insuficiencia cardíaca. Ese año también falleció su mamá de un ataque cardíaco causado por un coágulo debido a complicaciones quirúrgicas. Fue muy difícil transitar el duelo y, a la vez, lidiar con sus propios problemas de salud. Pero los desafíos aumentaron su deseo de seguir viviendo: “por mis futuros hijos y nietos, por mi marido y por mí”, decía.

Ahora, a los 27 años, Stephanie trabaja en el hospital donde le salvaron la vida. A lo largo de los años, brindó apoyo a científicos que estudian las cardiopatías, su pasión desde la niñez.

“Vivir con una cardiopatía sin dudas influyó en que trabaje en el ámbito de la atención médica, y más aún en investigación”, comentó. “Cuando era más joven, repasaba cuestiones médicas y pensaba ‘esto o aquello podría mejorarse’, y ahora puedo ser parte de esa mejora.”

Ahora que está recién casada, también está enfocada en ser mamá algún día. Está comprometida en mantenerse lo más saludable posible antes de comenzar los tratamientos de fecundación in vitro para quedar embarazada. Practica gimnasia acuática tres veces a la semana, escucha música de meditación mientras camina, lleva un diario y sigue una dieta saludable para el corazón. Los cambios a veces son desafiantes, pero ella sabe que valdrá la pena.

“Te sientes tan poderoso cuando llegas a esa instancia en la que dices ‘Muy bien, lo acepto. Esto no determinará el rumbo de mi vida’”.

Sabe lo valioso que es tener una actitud positiva.

“Creo que una de las cosas que sin duda cambié fue mi manera de pensar, es decir, esto no acabará conmigo”, afirmó. “Solo me fortalecerá. Por más trillado que suene, si te derriban nueve veces, levántate diez”. Espera que mujeres de todas las edades escuchen su mensaje de determinación.

“Hay muchísimas mujeres jóvenes que viven con una cardiopatía en la actualidad; tenemos apoyo”, comentó. “Es sumamente importante compartir todo lo vivido de verdad sin haberlo procesado, y demostrar dónde surgió la resiliencia. A partir de ahí, cualquiera puede encontrarle sentido y decir ‘Ella lo hizo. Salió todo bien. Yo puedo hacerlo. Y también saldrá todo bien’”.

También tiene el compromiso de crear un impacto duradero.

“Nuestra generación tiene el poder de acabar con gran parte de las cardiopatías” afirmó. “Puedo decir que mis hijos quizás nunca tengan que vivir algunas de las experiencias que yo atravesé con una cardiopatía gracias a la medicina moderna”.

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