Dani Aylsworth, mujer real del 2021

La veterana combatiente Dani Aylsworth luchó contra la enfermedad cardíaca, el TEPT y la adicción en su camino hacia una buena salud.

Mientras servía en el ejército en Afganistán, Dani Aylsworth sobrevivió a múltiples enfrentamientos que cobraron las vidas de sus compañeros soldados. “Fue una comisión difícil”, dijo. “Estaba en guerra, y emocionalmente, me dañó. Sufría una gran cantidad de TEPT por la que no busqué ayuda”.

Para sobrellevar el trauma, recurrió al alcohol y bebió mucho después de ser dada de alta. Atravesaba un periodo de abstinencia de dos o tres meses y luego volvía a beber.

“Luché contra esto”, dijo Dani, 32, “pero no podía hacerlo por mi cuenta”.

En el año 2017, Dani empezó a sentir color en el pecho y a sentirse cansada, eventos que no guardaban relación con su consumo. Resultó ser una neumonía viral. En un mes, se convirtió en septicemia, una infección que puede ser mortal. Los médicos indujeron a Dani al coma para ayudar a su cuerpo a luchar contra la infección y la trasladaron a un hospital en otro estado para recibir atención.

Cuando se despertó 12 días después, en la víspera de Navidad, Dani no podía caminar, hablar o siquiera escribir.

Los médicos le dijeron que la infección había debilitado su corazón, lo que causó insuficiencia cardíaca y que necesitaría un trasplante de corazón. Le recetaron medicamentos y le recetaron un desfibrilador portátil, que detecta los ritmos cardíacos irregulares y da un impulso eléctrico en un intento por normalizarlos.

Durante el siguiente año, estuvo dentro y fuera del hospital, sometiéndose a pruebas para determinar su elegibilidad para un trasplante de corazón.

“Comenzaron a hacerme un estudio diagnóstico para trasplante de corazón, pero seguían denegándome el trasplante”, cuenta. “Seguía bebiendo y no podía parar”.

De hecho, los pacientes que abusan del alcohol generalmente no son candidatos a un trasplante de órganos.

Debido a su constante entrada y salida de hospitales, Dani decidió enviar a su hija Zoe, que entonces tenía 8 años, a vivir con su padre, mientras ella se mudaba de Florida a Houston en busca de una mejor atención médica. “Eso fue emocionalmente difícil para ambos”, dijo.

En 2018, Dani se sometió a un procedimiento para implantar un desfibrilador interno (IED). Después, durante una de sus muchas hospitalizaciones, el IED detectó dos paros cardíacos mientras dormía. “No estaría aquí si no lo hubiera tenido”, dijo. “Fue un momento realmente difícil en el que sucedían muchas cosas fuertes al mismo tiempo”.

“Tuve que hacer algo para sacar algo positivo de la situación”, continuó.

De hecho, mientras Dani había sido miembro de Alcohólicos Anónimos durante años, ella reiteró su compromiso y realizó una desintoxicación de tres días, seguida de un mes de tratamiento para pacientes que incluyó terapia de trauma.

“Fue la mejor experiencia que haya tenido”, dijo, y señaló que le dio nuevas herramientas para hacer frente a sus sentimientos. “Cuando acepté que estaba enferma, ya no necesité del alcohol para ser valiente y luchar”.

Dani se ha mantenido sobria durante un año y continúa así. Ahora controla su ansiedad con respiraciones profundas y meditación. Y está trabajando diligentemente para obtener su licenciatura en trabajo social. Mientras dirige su propio negocio suplementario vendiendo cosméticos, lo hace a su propio ritmo, dejando tiempo de sobra para el cuidado personal.

“He trabajado muy duro en la autoayuda para mantener mi mente sana y positiva, y se manifiesta en todo mi cuerpo”, dijo.

Quien alguna vez estuvo demasiado cansada para ir de compras, ahora toma las escaleras en lugar del ascensor y camina regularmente por su vecindario. Incluso comenzó un grupo de caminata en Facebook.

Y, sintiéndose más fuerte y saludable de lo que se ha sentido en años, Dani se mudó nuevamente a Florida en enero para estar más cerca de su hija Zoe, que ahora tiene 10 años.

“Estaba en negación por mucho tiempo, pero una vez que lo acepté, encontré la fortaleza en mi enfermedad y surgí más fuerte y saludable”, cuenta. “Siento que tengo el secreto de la juventud y la buena salud, y quiero compartirlo”.