Leah Riegert, mujer real del 2021

La saludable y activa Leah Riegert nunca pensó mucho en cómo los problemas cardíacos afectan a las mujeres durante el embarazo hasta que se enfrentó a una situación de vida o muerte.

Leah Riegert estaba teniendo un primer embarazo perfecto. Era joven y saludable. Era una corredora activa sin antecedentes de enfermedad cardíaca. Lo único que sabía sobre las afecciones cardíacas durante el embarazo era lo que se incluía en una pequeña parte de un libro sobre el embarazo. Pero, dijo que no prestó mucha atención.

“Nunca pensé que estaría en riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca o ataque cerebral, así que no era algo que me preocupara”, dijo Riegert, que vive en Liberty Township, Ohio.

Es por eso que en 2019 le causó extrañeza notar que sus pies estaban inusualmente hinchados durante el último mes de embarazo, y durante el parto su presión arterial se disparó. Ambas son complicaciones del embarazo preocupantes, pero de algún modo son típicas. Sus médicos le aseguraron que todo estaba normal.

“Pensé que la parte más difícil había terminado cuando di a luz”, dijo. “No tenía idea de lo que me esperaba”.

Riegert notó que tosía al hablar o reír después del nacimiento de su hija, Eloise. Luego, seis días después, aparecieron más síntomas. Su frecuencia cardíaca aumentó rápidamente y su respiración se alteró cuando se acostaba. Otro indicador de riesgo: Su presión arterial alcanzó 180/100, casi el doble de su lectura habitual.

Riegert actuó y visitó un centro de atención de urgencia que la derivó a un hospital donde le diagnosticaron miocardiopatía periparto, una forma poco común de insuficiencia cardíaca.

La afección suele producirse durante el último mes de embarazo o hasta cinco meses después del parto. Provoca que las cámaras del corazón se agranden, lo que disminuye el flujo sanguíneo a los pulmones, el hígado y otros órganos vitales.

Estos síntomas graves hicieron que Riegert permaneciera cuatro días en la unidad de cuidados intensivos del hospital para controlarlo. Después de estabilizarse y ser dada de alta del hospital, Riegert pensó que estaba en camino hacia la recuperación. Pero, al día siguiente de ser dada de alta, su esposo, Ryan, notó que el lado derecho de su cara estaba caído y que no podía hablar, ambos eran síntomas de que algo andaba muy mal.

Riegert fue trasladada en helicóptero de regreso al hospital donde los médicos la esperaban. Determinaron que tuvo un ataque cerebral y necesitaba una trombectomía, un procedimiento quirúrgico que eliminó el coágulo de sangre de una arteria en su cerebro. Esto la llevó a meses de recuperación, que incluyeron fisioterapia, caminatas diarias y aprender a usar su mano derecha nuevamente.

En casa, la familia creó nuevas rutinas, incluido hacer que su esposo se encargara de la alimentación nocturna de Eloise para que ella pudiera recuperarse.

Hoy en día, la joven de 32 años está sana y activa otra vez. También está ansiosa por educar a otras personas sobre los riesgos que enfrentan las nuevas mamás.

“Mi esperanza consiste en el apoyo y en hablar al respecto, los demás no tienen que pasar por lo que yo pasé”, cuenta ella.

Como psicóloga, dijo Riegert, hay un recordatorio que les daría a los demás que viven con afecciones cardíacas.

“Siempre hay una luz, sin importar la situación a la que te enfrentes”, dijo.  “Incluso cuando no crees que está ahí, lo está. Solo tienes que seguir buscando la luz”.