Siete excusas para excederse y cómo tomar el control

10 EXCUSAS PARA EXCEDERSE

Excusas, excusas. No permitas que te impidan comer de forma saludable.

Estas son siete maneras de superar las excusas que las personas utilizan con más frecuencia para excederse.

  1. Es día de fiesta (o fin de semana, o noche de diversión). En la vida hay muchas ocasiones especiales… ¡y fines de semana! Excederse un poco en los días festivos está bien; lo que no queremos es que eso se convierta en un hábito. Es de gran utilidad hacer planes por anticipado. Por ejemplo, si vas a ir a un buffet libre, comienza con una ensalada pequeña en casa para no sentir que mueres de hambre cuando llegas al buffet. ¿Piensas hornear galletas para un día festivo? ¿Por qué no hacerlas festivas y más saludables este año? Prueba con avena, frutas y frutos secos como ingredientes principales, y reduce el azúcar a la mitad.

  2. Siento un bajón del ánimo (o estrés al máximo). Se te pasó el plazo de entrega de un trabajo, se te bajó una llanta del auto o dejaste la cartera en la tienda. La comida reconfortante te llama, quizá incluso a los gritos. Las situaciones de estrés en la vida, como perder el empleo o cuidar de un familiar enfermo, también pueden hacer que comas en exceso, incluso cuando no tienes hambre. En vez de excederte con los alimentos, procura distraerte dando una caminata enérgica, haciendo algunas respiraciones profundas o meditando. Estas sugerencias también pueden ayudarte a gestionar el estrés.

  3. Ya cometí el error este día. Me compré un dulce en la máquina expendedora. Nadie es perfecto. Concéntrate en lo próximo que sigue, no en lo que ya hiciste. Haz planes con antelación para comer de forma saludable, ya sea en la oficina o sobre la marcha. Ten siempre a la mano bocadillos fáciles de llevar, como trozos de fruta (manzana, plátano o naranja), frutos secos sin sal y bolsas de palomitas de maíz preparadas sin aceite, que puedes guardar en tu escritorio o coger de camino a la puerta.

  4. Alguien trajo donas (o pastel, o pizza) a la oficina. No hay problema si dejas pasar estas cortesías. Pero si decides darte el gusto, come un par de bocados pequeños y luego encuentra alguna manera de hacer un poco de actividad física adicional, como subir por las escaleras en lugar de usar el elevador.

  5. No tengo tiempo para comer sano. Busca pequeñas oportunidades de hacer algo saludable para ti, incluso mientras haces otras cosas. Por ejemplo, partir frutas o verduras mientras ves las noticias por la mañana. Estos pueden ser tus bocadillos de hoy o la ensalada de la noche. O quizá preparar una sencilla receta de cocción lenta mientras conversas por teléfono con alguna amistad cercana.

  6. Difícilmente se pueden encontrar opciones más saludables cuando se come fuera. Los restaurantes pueden ser todo un reto, pero salir a comer no significa hacer a un lado tus hábitos saludables. Consulta en línea el menú del restaurante para identificar de antemano las mejores opciones. Ordena sustitutos saludables y pide que te sirvan aparte las salsas o aderezos. Procura compartir porciones con tu acompañante o guarda la mitad para otra comida.

  7. Empezaré a cuidarme mañana (el próximo mes, después de las vacaciones). ¿Por qué esperar? Comienza ahora. Un pasito a la vez. Un vez acumulados, estos pasitos producen hábitos saludables más duraderos. Te sorprenderás de lo que puedes hacer, mordisco a mordisco.

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