Cómo ayudar a prevenir cardiopatías a cualquier edad 

una familia con múltiples generaciones en el sofá

Prevenir las cardiopatías (y todas las enfermedades cardiovasculares) significa tomar decisiones inteligentes hoy que te servirán durante todo el resto la vida.

La falta de ejercicio, una dieta deficiente y otros hábitos poco saludables pueden pasar factura con los años. Sin embargo, cualquier persona de cualquier edad puede adoptar medidas sencillas para mantener su corazón sano durante cada década de la vida. Esta es la forma.

Todos los grupos etarios

Sea cual sea tu edad, todo el mundo puede beneficiarse de una dieta saludable y de una actividad física adecuada.

A los 20

Tomar decisiones acertadas con respecto al corazón desde el principio te ponen en una posición de ventaja. Las cosas que haces, o no haces, influyen en tu expectativa de vida y en la calidad de esta. 

  • Busca un profesional de la salud y acude a revisiones periódicas. Las personas sanas también necesitan médicos. Establecer una relación con un médico significa que ya puedes empezar con las revisiones de salud cardíaca. Habla con tu equipo de cuidados de salud sobre tu dieta, tu estilo de vida y cualquier otro tema que te preocupe. Asegúrate de que te controlen periódicamente la presión arterial, el colesterol, la frecuencia cardíaca, el azúcar en sangre y el índice de masa corporal.

    Es posible que también tengas que someterte a una prueba de glucemia si estás embarazada, tienes sobrepeso o padeces diabetes. Si conoces tus valores, será más fácil detectar un posible cambio en el futuro.
     
  • Realiza actividad física. Es mucho más fácil hacer actividad y mantener la costumbre si comienzas a una edad temprana. Para mantener una rutina de ejercicios interesante, combínala y busca nuevos elementos de motivación.
     
  • No fumes. Evita la exposición al humo de otras personas. Si fumas, es hora de dejarlo. Incluso la exposición al humo de otras personas supone un grave peligro para la salud. Los no fumadores son hasta un 30% más propensos a padecer enfermedades cardíacas o cáncer de pulmón por la exposición al humo de otras personas, según un informe de la Dirección General de Salud Pública. 

A los 30

Hacer malabares para conciliar la vida familiar y laboral deja a muchos adultos poco tiempo para preocuparse por su corazón. Estas son algunas maneras de equilibrar estos tres elementos.

  • Haz de la vida cardiosaludable un asunto de familia. Crea y conserva hábitos cardiosaludables en tus hijos y también verás los beneficios. Pasa menos tiempo en el sofá y más haciendo ejercicio. Explore un parque cercano a pie o en bicicleta. Practique algún deporte o pasee con su perro. Planta un huerto de frutas y verduras, e invita a tus hijos a que te ayuden en la cocina.
     
  • Conoce tus antecedentes familiares. Investiga el árbol genealógico para obtener información acerca de tu salud cardíaca. Tener un familiar con una enfermedad cardíaca aumenta tu riesgo, sobre todo si se trata de uno de tus padres o hermanos. Esto significa que debes concentrarte en los factores de riesgo que puedes controlar: mantener un peso saludable, hacer ejercicio de forma habitual, no fumar y comer de manera más saludable. Mantén informado al profesional de la salud sobre cualquier nuevo problema cardíaco en tu familia.
     
  • Controla el estrés. El estrés a largo plazo causa un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, que puede dañar las paredes de las arterias. Aprender técnicas de control del estrés beneficia a tu cuerpo y a tu calidad de vida. Prueba ejercicios de respiración profunda y encuentra tiempo cada día para hacer algo que disfrutes. Participar en el voluntariado también es maravilloso para eliminar el estrés.

A los 40

Puede que esta parte de tu vida se centre en el trabajo y la crianza de los hijos, pero no debes desatender tu propio bienestar. 

Ten en cuenta los problemas de salud que suelen surgir en la mediana edad. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 38 millones de estadounidenses padecen diabetes, y hasta el 95% de ellos tiene diabetes tipo 2, que aparece con mayor frecuencia en personas mayores de 45 años.

Si la salud del corazón no ha sido prioridad, no te preocupes. Las decisiones saludables que tomes ahora pueden fortalecer tu corazón a largo plazo. Entiende por qué necesitas implementar un cambio en tu estilo de vida y ten la confianza para hacerlo. Luego, enfréntate a cada situación una a la vez. 

  • Cuida tu peso. Tal vez notes que tu metabolismo se ralentiza a partir de los 40 años. Pero puedes evitar el aumento de peso si sigues una dieta cardiosaludable y haces mucho ejercicio. El secreto está en encontrar una rutina de ejercicios que disfrutes. Si necesitas motivación para hacer ejercicio, busca un compañero de actividad.
     
  • Revisa tu nivel de azúcar en sangre. Además de los controles de presión arterial y otras pruebas de salud cardíaca, debes hacerte una prueba de glucemia en ayunas cuando cumplas los 45 años. Esta primera prueba sirve como referencia para futuras pruebas, que se hacen cada tres años. Estas pruebas se pueden hacer antes o con más frecuencia si tienes sobrepeso, tienes diabetes o corres riesgo de padecer diabetes.
     
  • No ignores los ronquidos. Ten en cuenta las quejas de tu pareja acerca de tus ronquidos. La apnea del sueño, un trastorno que provoca pausas en la respiración durante el sueño, es una afección frecuente. Si no se trata adecuadamente, la apnea del sueño puede contribuir a la hipertensión arterial, cardiopatías y derrames cerebrales.

A los 50

Las arrugas y las canas son fáciles de ver, pero el impacto del envejecimiento en el corazón es invisible. Por eso, a partir de los 50 años, hay que tomar medidas adicionales para mantener un corazón sano. En el caso de las mujeres, la menopausia no provoca enfermedades cardiovasculares, pero los factores de riesgo pueden empezar a aparecer en esta época.

A menudo es en esta etapa cuando las personas acumulan más peso y aparecen los factores de riesgo de enfermedades cardíacas. Las investigaciones han demostrado que hacer ejercicio con regularidad en la mediana edad puede mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos que se pierde a causa de un estilo de vida sedentario y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Busca formas de caminar más, ya sea unas pocas manzanas en tu vecindario o una caminata hasta el mercado agrícola local para encontrar productos frescos.

A partir de los 60

Con la edad, aumenta el riesgo de sufrir una cardiopatía. La presión arterial, el colesterol y otros indicadores relacionados con el corazón tienden a aumentar. Vigilar de cerca los valores y controlar cualquier problema de salud, en conjunto con una alimentación saludable y ejercicio físico, puede ayudarte a vivir más y mejor.

A partir de los 60 años, los problemas médicos pueden ser más frecuentes. Es probable que las personas con menos problemas de salud acudan menos al médico y necesiten una menor cantidad de cuidados hospitalarios o en residencias de ancianos.

Sea cual sea tu edad, reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular merece la pena. A menudo es una buena idea implicar a toda la familia: cónyuges, hijos y nietos.

  • Infórmate sobre la EAP. A partir de los 60 años, realizar mucha actividad física puede ayudar a prevenir la enfermedad arterial periférica (EAP) o a mejorar sus síntomas. La EAP es una enfermedad cardiovascular no tan conocida que consiste en la acumulación de placa en las arterias de las piernas.
     
  • Cuida tu peso. Tu cuerpo necesita menos calorías a medida que envejece. El exceso de peso hace que el corazón trabaje más y aumenta el riesgo de cardiopatías, hipertensión arterial, diabetes y colesterol alto. Hacer ejercicio de forma habitual y comer porciones más pequeñas de alimentos ricos en nutrientes puede ayudarte a mantener un peso saludable.
     
  • Obtén más información sobre las señales de aviso de ataque al corazón y de ataque o derrame cerebral. Los síntomas de un ataque cardíaco en las mujeres pueden ser diferentes de aquellos que presentan los hombres. Si sabes identificar si estás sufriendo un ataque al corazón o un ataque o derrame cerebral, es más probable que recibas ayuda inmediata. Un tratamiento rápido puede salvarte la vida y prevenir una discapacidad grave.